La cirugía de Mínima Invasión, Videocirugía, o Cirugía de Mínimo Acceso, es una técnica quirúrgica en la que se hacen pequeñas incisiones de 5 milímetros o 1 centímetro, a través de los cuales se introduce una cámara y pequeñas herramientas para realizar procedimientos quirúrgicos y diagnósticos dentro de la cavidad abdominal o torácica de los animales. Para esto se utiliza un endoscopio rígido, conectado a una cámara que captura la imagen, una fuente que proporciona luz; y una, dos o más pantallas para transmitir la imagen de la cavidad. Para introducir la cámara y los instrumentos se utilizan dispositivos llamados trócares, los que tienen un conducto central que permite pasar los instrumentos sin tocar el tejido y acceder a la cavidad.
Para poder visualizar correctamente la cavidad abdominal se necesita llenar el abdomen con un gas, el dióxido de carbono o CO2, esto permite tener espacio para observar las estructuras y realizar las maniobras quirúrgicas con comodidad. Esta maniobra se conoce como insuflación o pneumoperitoneo, y puede ser realizada a través de un trócar, o de un instrumento llamado Aguja de Veress.
Todo esto permite realizar cirugías evitando grandes heridas como sucede en la cirugía convencional, y usualmente se emplean 2 o 3 pequeñas incisiones para la mayoría de las cirugías.